Comprar un velero de ocasión no es sinónimo de mal negocio; ni siquiera un barco que necesite una seria intervención. El momento crítico es la exploración previa a la compra en busca de los puntos determinantes que nos indican el estado de una embarcación y si es un barco de vela la revisión estructural es fundamental.
Ya nos gustaría que el propietario nos dejara su barco por un par de semanas y una buena singladura, para acabar de convencernos en la correcta elección del barco, luego de haber mirado cada rincón y navegado en cada ángulo con satisfacción. Pero no es así. Lo cierto es que cuando vamos a ver un barco con la intención de comprarlo hemos de aguzar el ojo en busca de esas pistas que nos hablan de la historia del barco, de cómo lo han tratado y cuáles son los puntos claves que pueden sernos útiles para lograr una negociación favorable. La balanza del ejercicio varía entre el dinero que pagaremos y el que nos quedara para reparar o equipar el barco a nuestro gusto.
Las telarañas en las crucetas no son un buen signo y por el estado general de la cubierta y cabullería podremos saber si el barco está bien cuidado o no. De hecho, el estado de la lona que lo cubre, si es que existe, nos dará una clave.
Si el barco de sus sueños es de madera no hay duda que usted es una persona soñadora y para no despertar con sobresaltos; mejor prevenir, y visitar el barco con un profesional con experiencia. Las reparaciones estructurales no son tan sencillas como en los barcos de fibra y tampoco abundan carpinteros con los conocimientos de antaño.
1. Un problema estructural es un buen motivo para descartar el barco.
Los problemas estructurales son los de más difícil y cara solución; por lo tanto, si hemos de decidir comprar o no un barco con un problema en su estructura, es importante contar con la asistencia de un profesional que evalúe la posible reparación y su coste. La sentina debería estar impecablemente seca, limpia, y no debería haber ni rastros de grietas alrededor de los bulones que sujetan la quilla, claro indicativo de varaduras. En lo posible, tampoco reparaciones.
2. Evidentemente hemos de levantar todos los pisos y revisar la sentina.
En los barcos de fibra los refuerzos estructurales forman una cuadrícula que ha de estar correctamente laminada al casco, al igual que los mamparos. En los barcos más antiguos los cascos eran más gruesos con mayor cantidad de resina y fibra. La evolución del procedimiento de construcción nos lleva a cascos más ligeros y resistentes.
Los barcos de regata pasan gran parte de su vida útil sometidos a grandes esfuerzos. Foto: Diego Yriarte.
3. Otro punto de gran importancia a nivel estructural es la zona de los cadenotes.
Toda la estructura que recibe el esfuerzo de los obenques es una parte estructural castigada por el esfuerzo que se evidencia en grietas interiores y exteriores. Al igual que los arraigos de los stay o la base del mástil, particularmente si este apoya sobre cubierta. El gelcoat, que es la parte expuesta de la fibra, es un material muy resistente pero si se quiebra puede permitir que la fibra absorba agua. Los sobreesfuerzos suelen manifestarse como grietas en forma de radios también llamadas “arañitas”.
4. Luego pasaremos a la timonería, según su sistema analizaremos las diferentes partes.
Si es un timón de caña veremos su accionar y si la mecha del timón tiene juego o un desplazamiento lateral. Si es un sistema de timonería con boardines podremos comprobar el buen estado de los desvíos y como conecta la transmisión con la mecha, no ha de haber movimientos que no sean los correspondientes. En la parte interior es muy importante el estado de la limera y que en su unión con el casco no haya quiebres.
5. La unión de casco y cubierta
Otro de los sitios que podría indicarnos si el barco ha tenido una colisión importante o un esfuerzo sobredimensionado que pudiera separar estas partes.
6. Si usted no es lo suficientemente hábil en temas mecánicos, no estaría mal que lo acompañe un técnico.
De todas maneras y a grandes rasgos, un motor diesel no debería tirar humo negro y debería arrancar rápido. Si el motor de arranque gira demasiadas veces puede indicar falta de compresión. La limpieza siempre es un buen signo.
7. Siempre es bueno mirar la jarcia con ojos críticos
….y no esperar que nos de un aviso, que no suele hacerlo. Si vamos a hacer una travesía es mejor que la cambiemos. Hay muchos seguros que exigen una revisión cada 5 años y el reemplazo total cada 10. Si no tenemos datos fehacientes de la revisión o cambio de la jarcia es mejor que consideremos un cambio.
8. Evidentemente hemos de salir a probar el barco, a navegar, a sentir el timón y las escotas.
En un velero es imprescindible mirar las velas y su estado general, si han tenido reparaciones, el estado de las costuras, también hemos de ver si están muy estiradas y no podemos controlar la profundidad. La navegación es un buen momento para controlar la electrónica que, en un barco de vela suele estar muy castigada, es muy raro que todo funcione como el primer día.
9. Durante la navegación es una buena oportunidad para controlar que la sentina se mantiene seca
Y que los tornillos de la quilla no hacen ni gota. Navegando en ceñida es cuando la estructura de un barco resiste los mayores esfuerzos y será una buena oportunidad para controlar que las puertas abren y cierran correctamente, al igual que cuando estaba en descanso.
10. Ha llegado el momento de sacar el barco fuera del agua y controlar la obra viva.
Un barco construido con buenos materiales y con un correcto mantenimiento de la pintura no tiene porqué sufrir de osmosis, pero si así fuera, y encontramos una forma de ampollas o burbujas que indican que se ha filtrado agua entre las fibras, es necesaria una reparación y una buena oportunidad para negociar el precio final. Con el barco fuera del agua también podríamos controlar el estado del timón, la hélice y su transmisión y la unión de casco y quilla.
Es importante tener todas estas consideraciones pero si tenemos dudas o es necesario hacer reparaciones es preferible hacer una visita con el técnico pertinente. Que el barco tenga cosas que reparar o modificar, o le falten accesorios, no significa que sea un mal negocio, solo debemos considerar el costo de los problemas que el barco pueda tener. La ventaja es que puede permitirnos cierta personalización.
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