El agua potable y dulce a bordo es esencial, tanto en botellas como en el depósito. ¿Cómo asegurarnos de tener siempre agua potable a bordo en cantidad y en las mejores condiciones? Todas las respuestas en este artículo.
- En el barco debemos saber conservar bien el agua, así como saber dónde se ubican los depósitos de agua de nuestra embarcación.
- Para mantener el agua en condiciones óptimas, es ideal realizar una limpieza a fondo de los depósitos como mínimo una vez al año.
Realizar una navegación marítima de larga duración requiere llevar agua potable a bordo, ya que puede llegar a resultar imprescindiblemente necesaria en diversas situaciones, tanto en barcos a vela, como en barcos a motor. De hecho, debería transportarse incluso en salidas cortas, por ejemplo, para hidratarnos constantemente en verano y evitar una sobreexposición solar en días de mucho calor.
Ser precavido al echarse a la mar
Todos sabemos qué precauciones de seguridad a bordo debemos tomar cada vez que iniciamos una singladura, aunque sea por unas pocas horas. Pero muchas veces se nos olvida que jamás deberíamos hacernos a la mar sin una buena ración de agua potable por tripulante. Para lavar heridas, tratar insolaciones, deshidrataciones o, simplemente, para resistir en caso de avería; el agua potable se puede convertir en nuestro mejor salvavidas. La carga de botellas de agua mineral antes de las singladuras es una práctica aconsejable en cualquier situación, además las podemos estibar a nuestra comodidad y de paso, cargar la nevera para tener unos cuantos litros frescos. En el momento de llenar los depósitos, hay que tener en cuenta también que es importante que los alrededores de la boca de llenado estén lo más limpios posibles para evitar la rápida contaminación del agua almacenada. Además, Si los accesos del agua y del combustible están muy cerca, debemos ir con cuidado para no equivocarnos. Un despiste por error en la boca de llenado equivocada nos acarreará una avería bastante costosa.
Hay que ser cuidadoso a la hora de llenar el depósito de agua.
Funcionalidades del agua a bordo
A pesar de disponer a bordo de depósitos de agua dulce, su contenido seguramente no estará en óptimas condiciones de consumo, pero sí que nos servirá para lavar los platos, hacer pequeñas coladas, para la ducha, etc. y, ¿por qué no?, a veces, para trimar nuestra embarcación. Seguramente conocemos su ubicación a bordo, pero quizás nunca hemos reparado en estudiar a fondo su composición, instalación, anclajes o tapas de registro, y ¿conocemos su capacidad real?
Todos los depósitos tienen que tener una tapa de registro de (+/- 20 cm) para poder proceder a su limpieza. Foto: Jordi Maseras.
Materiales de los depósitos de agua
Muchos depósitos de embarcaciones de fibra están moldeados monolíticamente con el propio casco, pero muchos otros, por ser de distintos materiales, están sujetos con cinchas textiles o bridas de acero. Un anclaje impecable es imprescindible para mantener siempre en su sitio este gran peso en caso de escoras pronunciadas en veleros o simplemente con los continuos pantocazos de las motoras de un día movido.
Muchas embarcaciones tienen una instalación de agua de mar en la cocina para lavar la vajilla para después aclarar con agua dulce. Con este sistema, el ahorro de agua potable es considerable. Foto: Jordi Maseras.
Ubicación de los depósitos
Los depósitos normalmente están situados bajo la línea de flotación o muy cerca de ella, en zonas poco accesibles y, por lo tanto, es difícil poder detectar su estado de forma correcta y fiable. Concretamente y por regla general, los depósitos de agua suelen estar debajo de las literas, tanto de proa como de popa y según el tamaño de la embarcación también bajo los bancos del salón. Si la embarcación dispone de más de un depósito, cada uno debería disponer de un grifo de conexión al circuito. De esta forma, podemos administrar mejor el uso de cada depósito.
Foto: Depósito bajo la línea de flotación en zona poco accesible y depósito debajo de literas. Jordi Maseras.
Conservación del agua potable
La mayoría de los depósitos cumplen uno de los requisitos principales para la buena conservación del agua: la opacidad. Por su composición o por su situación, la ausencia de luz solar sobre el agua, retrasa la formación de flora (limo verde) y más tarde, la formación de fauna microbiana. Otro de los requisitos primordiales se deja de cumplir en verano en la mayoría de los casos: la temperatura. El interior de las embarcaciones amarradas de sol a sol durante toda la semana, llega a temperaturas muy altas durante muchas horas al día, lo que favorece enormemente la descomposición del agua potable.
Si disponemos de calentador de agua, los tubos del circuito de agua fría serán de color azul y rojos los de agua caliente. Foto: Jordi Maseras.
Agua para consumo humano
A menudo, el agua de nuestros depósitos tiene un olor y un gusto desagradables, aunque esto no quiere decir que no sea potable para el consumo. Pero, ¿hasta qué punto nos podemos fiar? Por regla general, el agua que contienen nuestros depósitos proviene principalmente de la red de agua potable de la localidad de la que depende el puerto, por tanto será agua tratada industrialmente, esterilizada y libre de bacterias nocivas para la salud. Pero el agua es un elemento muy complejo y las plantas de tratamiento tienen que controlar más de seiscientos parámetros para convertirla en potable. En contra, su responsabilidad termina a la salida de la planta y siempre advierten que el proceso de degradación del agua empieza a las veinticuatro horas de su tratamiento.
Los vasos de expansión, para mantener la presión en el circuito, las bombas de presión y los filtros siempre suelen estar en rincones de difícil acceso. Foto: Jordi Maseras.
Agua contaminada
Las embarcaciones modernas suelen tener sus depósitos de agua de acero inoxidable, de PVC o polietileno de calidad homologada para la alimentación, pero el agua no es un elemento estable y contiene siempre moléculas de residuos orgánicos. Cuando estas moléculas se desarrollan generan pequeñas algas y bacterias que producen mal olor y mal sabor. De todas formas, son varios los factores que intervienen en la degradación del agua de los depósitos. En primer lugar, influye el tiempo de almacenaje, así que el agua que lleve tiempo almacenada y en la que se han multiplicado las bacterias, contaminará rápidamente el agua nueva que añadamos a los depósitos. La temperatura, como ya hemos comentado anteriormente, es otro de los factores a tener en cuenta, siendo a mayor temperatura más rápida la degradación.
Por regla general, los depósitos de agua suelen estar debajo de las literas, tanto de proa como de popa y según el tamaño de la embarcación también bajo los bancos del salón. Foto: Jordi Maseras.
Limpieza de depósitos
Por suerte, las soluciones para la limpieza son relativamente fáciles. La primera precaución que deberíamos tomar es la limpieza a fondo de los depósitos como mínimo una vez al año. Todos los depósitos, sean del material que sean, tienen que tener una tapa de registro de suficiente diámetro (+/- 20 cm) como para permitir su limpieza interior con productos desinfectantes y un buen cepillo. El ácido acético o vinagre un poco diluido y aplicado con brocha nos servirá para limpiar la superficie de las paredes. Esta práctica es conveniente hacerla durante dos o tres días seguidos antes de volver a llenar el depósito. Tras un buen aclarado eliminando restos de jabones y desinfectantes, ya tendremos los depósitos listos para funcionar con total garantía una temporada más. Si la operación se repite cada año, no nos llevará mucho tiempo el realizarla, pero si pasamos varias temporadas sin hacerlo, dejar limpios los depósitos puede ser más laborioso.
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Disponer a bordo de agua corriente a presión, es un lujo que vale la pena cuidar. Foto: Jordi Maseras.
Medidas a tener en cuenta
Una buena medida a tomar ante la duda de un contenido sospechoso, será introducir unas tabletas purificadoras que se venden en tiendas especializadas o verter 5 ml de hipoclorito sódico por cada 250 litros de agua. La solución casera de verter un chorro de lejía en el depósito es eficaz, pero le dará un sabor y un olor al agua no demasiado agradables. Existen purificadores de cartucho intercambiable de pequeño tamaño para caudales reducidos que podemos montar fácilmente antes del grifo de salida. Para estar más tranquilos, en las farmacias nos aconsejarán de los distintos productos que podemos emplear para mantener el agua en óptimas condiciones de potabilidad.
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