Se suele decir que el perro es el mejor amigo del hombre, y también puede serlo en el mar. A la pregunta de si es factible llevar a nuestra mascota a bordo de un barco de alquiler, la respuesta es sí.
Aunque, antes de lanzarse a la aventura, hay que tener en cuenta si el perro ha viajado antes en una embarcación, pues puede tener miedo, sentirse nervioso o mareado y hay que estar preparados para este tipo de situaciones. Podemos reservar un espacio en el barco para que nuestra mascota se refugie y pueda descansar, también evitaremos cualquier elemento con el que se pueda hacer daño y consultaremos antes con un veterinario qué medicamento se le puede administrar para evitar que vomite o se sienta indispuesto. Además, será necesario que la documentación y la vacunación del animal estén al día.
Lo ideal es viajar con perros de tamaño pequeño o mediano por cuestiones prácticas y, en cuanto a sus necesidades, es muy recomendable enseñarles a utilizar una pequeña alfombra de plástico, parecida a las que se usan en las duchas de algunas piscinas. Otra buena opción es la de obtener un pedazo de césped astro, que le aportará al perro la ilusión de tener hierba y es fácil de limpiar. Si nuestra mascota se acostumbra a hacer sus necesidades en una pequeña zona de la embarcación siempre que quiera, no tendremos que bajar a tierra dos o tres veces diarias. Luego, bastará un baldeo para dejarlo todo limpio.
Normalmente, los perros disfrutan de la brisa marina y de los baños en el mar, aunque es fundamental comprobarlo con nuestra mascota. Podemos fondear cerca de la playa y ver cómo se desenvuelve, si nada alrededor del barco, si es capaz de subir por la escalera de baño, etc. Además de disfrutar del agua, también es una buena oportunidad para que realice el ejercicio que no puede hacer en la embarcación por falta de espacio. Pero, cabe recordar que, por mucho que nade, el ejercicio será inferior al que normalmente está acostumbrado, así que es aconsejable recortar un poco la cantidad de alimento que le proporcionamos para que mantenga su peso.
Uno de los aspectos más importantes es enseñarle a no lanzarse al mar sin la autorización del amo por seguridad. Y, si el barco no dispone de plataforma de baño, se puede utilizar una red de pesca o un arnés salvavidas, que permitirá recogerle y subirle a la embarcación.
A pesar de que no sea el terreno idóneo para un can, si tenemos en cuenta estos aspectos, podremos hacer que el animal se sienta cómodo y disfrute del trayecto marítimo, y no habrá inconvenientes que impidan que nos haga compañía también en alta mar.