Este artículo ha sido publicado originalmente en es.boats.com.
Escoger un barco a vela para travesías oceánicas requiere definir bien nuestro plan de navegación y ajustar eslora, equipo, rendimiento, maniobralidad y comodidad sin olvidar nuestro presupuesto.
Si preguntamos a un grupo de personas con experiencia en cruceros oceánicos cuál sería el barco a vela idóneo para largas travesías, lo más probable es que las respuestas sean tan apasionadas como contradictorias. La razón para estas respuestas incompatibles es muy sencilla – un crucero oceánico debe satisfacer muchos requisitos aparentemente opuestos. Por lo tanto, la elección final suele depender de las prioridades de cada patrón, así como de su presupuesto.
Al elegir un crucero oceánico, es importante que opte por el barco que mejor se ajuste a su presupuesto tanto en lo que se refiere al coste inicial como en lo que concierne a su mantenimiento.
Sin embargo, hay una serie de aspectos en los que es posible llegar a un acuerdo general. En primer lugar debe ser un barco muy marinero y capaz de soportar bien el mal tiempo. Una buena estabilidad lateral es importante en este contexto, especialmente para barcos más pequeños, aunque la resistencia a la zozobra por la acción del oleaje aumenta exponencialmente con el tamaño de la embarcación, así que este factor no es tan importante para los barcos más grandes.
La mayor parte de los patrones y tripulaciones de cruceros oceánicos también suelen pasar bastante tiempo atracados o fondeados, lo que requiere otro tipo de características. Este es el punto en el cual las opiniones se distancian más, dependiendo de las prioridades de cada persona – algunos optan por un velero que maximice la diversión durante las travesías, mientras que otros prefieren asegurar sus comodidades en el puerto, y encontramos todo un abanico de opiniones en el medio.
Asimismo, hay personas que prefieren un barco relativamente simple, con un mínimo de sistemas complejos a bordo, lo que reduce considerablemente el coste y el tiempo que la tripulación gasta en mantenimiento.
Para los barcos más pequeños la estabilidad es más importante.
Definir el presupuesto
Este es uno de los factores más importantes en la elección de un barco para largas travesías y sólo existe un planteamiento razonable – ser muy prudente.
Nadie suele lograr equipar un barco para travesías oceánicas por una fracción de su presupuesto, pero hay mucha gente que se ha gastado el doble de la cantidad originalmente prevista, e incluso más. Hay que ser prudente y pensar en varias contingencias teniendo en cuenta que lo que vamos a gastar en el barco es solo parte del total necesario para que cumpla su función.
Equipar un barco para travesías, incluso con lo más básico, puede llegar a ser muy caro y muchos patrones superan en un tercio o más el presupuesto inicial. Por lo tanto las embarcaciones que ya tienen las características necesarias o que han sido puestas a punto con esto en mente pueden ser una buena opción – y aunque el precio sea más alto que el de un barco similar con un nivel de equipamiento inferior, esta diferencia en el precio suele representar apenas una fracción del coste de los equipos instalados. Sin embargo esto sólo se aplica si los equipos son recientes y el mantenimiento ha sido adecuado.
¿Hasta dónde equipar el barco?
Este es otro factor clave que suele sobreponerse a los demás durante el proceso de toma de decisión. Hay mucha gente que intenta llevar todas las comodidades de su casa a bordo dándose cuenta después que un barco con demasiados equipos requiere mucho mantenimiento. Existe el riesgo muy real de que mientras otros patrones están tomando sus cocktails al final de la tarde en un bar de una isla remota del Pacifico, nosotros tengamos que hacer llamadas internacionales intentando lograr que nos envíen piezas de repuesto.
Los cruceros oceánicos idóneos se encuentran en muchos tamaños y formatos.
Posiblemente, la única excepción es cuando se compra un barco de una de las pocas marcas cuya reputación viene tanto de la calidad de sus barcos cómo del servicio pos-venta que ofrece, lo que significa que efectivamente el precio que se ha pagado incluye una red de apoyo bien implantada y que nos puede ser muy útil.
¿Qué eslora?
Una vez más hay gente con barcos de todos los tamaños que se empeñarán en convencernos de que su barco es perfecto, aunque sea demasiado grande o demasiado pequeño. Es un poco como preguntar a un grupo de personas cómo es la casa o el coche ideal, las respuestas serán de lo más variopintas y solo un pequeño porcentaje se ajustará a nuestras circunstancias. Y una vez más será el presupuesto que dictará la mejor respuesta para nuestro caso – a más eslora más será el coste real de poner el barco a punto, en particular el del mantenimiento y reemplazo de velas, aparejo, motor, etc..
¿Nuevo o de segunda mano?
No debemos dejarnos llevar por la idea de que un barco nuevo nos garantiza un largo período de fiabilidad, cómo si fuera un coche nuevo. Los barcos se construyen en una escala más limitada y hay muy pocos barcos nuevos que al ser botados no tienen un largo listado de defectos de construcción que puede llevar varios meses en solucionar, especialmente cuando el barco viene equipado con todo lo necesario para largas travesías.
Los mejores constructores y distribuidores reconocen esto y allanan el camino sin problemas, pero es significativo que algunas de las personas más experimentadas en el negocio del chárter consideren que sus barcos más fiables han navegado dos o tres temporadas. Por otro lado, comprar un barco con más años puede resultar más interesante, ya que por el mismo dinero podemos lograr un barco mejor y más grande con la posibilidad de que nos sobre algo para hacer la puesta a punto inicial y también para alguna reparación necesaria durante nuestro primer viaje.
Tomar la decisión
Teniendo en cuenta toda la información contradictoria que hemos obtenido, cómo podemos escoger el mejor crucero para travesías oceánicas? La respuesta es que cada barco supone un compromiso y que la mejor solución es encontrar el que más se ajusta a nuestro presupuesto y preferencias en cuanto a rendimiento.
Por lo tanto, se trata de una decisión personal ponderada por nuestra necesidad de espacio, por la facilidad de manejo versus rendimiento; por la comodidad y lujo versus simplicidad; y claro, por nuestro presupuesto.
La experiencia práctica demuestra que existe una gran variedad de embarcaciones que pueden cumplir con éxito las funciones de crucero oceánico.
Algunos patrones se gastan una suma que no va mas allá de lo que les puede costar un coche utilitario, mientras otros se gastan 100 veces más. Sin embargo, no existe ninguna garantía de que el patrón de la embarcación más cara pasará menos tiempo ocupándose del mantenimiento y de las reparaciones o que finalmente disfrute más de sus travesías.