Contratar un patrón puede ser la respuesta a muchas preguntas o necesidades que puede tener el propietario de un barco. Contar con la experiencia de un patrón cualificado puede resolvernos muchas cosas más que el destino de nuestras vacaciones.
Contratar un patrón: confiar en la experiencia de un profesional que nos guíe y de quien podemos aprender mucho.
Contar con un patrón de confianza bien podría considerarse una medida de seguridad preventiva. No es una exageración y no me refiero precisamente a un mega yacht, o a un nivel de necesidades y exigencia en las que es imprescindible la figura del Capitán. Puede que, simplemente un desperfecto mecánico, nos impida regresar a nuestro puerto base ante el irremediable final de nuestras vacaciones. Hemos de hacer números entre pagar amarre hasta que podamos tomarnos el tiempo de ir a buscar nuestro barco, incluir los gastos de algún amigo, o los gastos de que alguien lo traiga. Posiblemente, el desperfecto mecánico se hubiera evitado si hubiéramos tenido la precaución de consultar a un profesional sobre el estado de nuestro barco antes del viaje.
En realidad, hay motivos mucho más interesantes y agradables por los que contar con un profesional de estas características: El más elemental sería el de cumplir el deseo de navegar con nuestro propio barco por una costa lo suficientemente lejana como para que el tiempo del que disponemos no nos permita ni tan solo llegar. Particularmente, conozco el caso de empedernidos pescadores, para los cuales es imperioso contar con su embarcación y todos sus artilugios, y que desean conocer diferentes caladeros. Pues, contratamos un patrón que lleve el barco y nosotros nos encargamos de llegar al sitio para disfrutar al completo de nuestras vacaciones o jornadas de pesca; podemos regresar nosotros mismos a nuestro puerto, o dejarlo en otro y que el patrón se encargue de retornarlo.
Una jornada de pesca en una costa lejana puede ser más divertida y segura con la ayuda de un patrón profesional.
Un viaje deseado podría ser el cruce del Atlántico; pero, en este punto surgen cientos de interrogantes: ¿Estará el barco a punto para una travesía de este tipo?, ¿qué tengo que tener en cuenta?, ¿y si un patrón lleva el barco a Canarias y parto desde allí?, el viaje de regreso no es tan agradable ¿será mejor que lo traiga un patrón? Estos y muchos otros interrogantes pueden ser resueltos por un patrón o una empresa especializada e inclusive deberíamos considerarlo en hechos más básicos, como el momento de comprar el barco. Poder confiar en la experiencia de un profesional que nos guíe en esta tarea puede facilitarnos las cosas y hasta ampliar nuestro horizonte de búsqueda. Nuestra persona de confianza podría encargarse de ver el barco por nosotros y luego de transportarlo al nuevo puerto base, o al varadero para encargarse también del refit.
Evidentemente hay una serie de requisitos que hemos de tener en cuenta. Los de la norma general, como la documentación adecuada y al día; el material de seguridad exigido por la ley de acuerdo al barco y a la navegación a realizar; o una póliza de seguros vigente y en orden. Y, por otra parte, el estado de la embarcación debe garantizar una navegación segura. Si no es así, es posible acordar realizar algunas reparaciones bajo la supervisión de la persona que contratemos para realizar el transporte que; además, ha de contar con una autorización por escrito del armador, tanto para realizar reparaciones como para el transporte de un puerto a otro. En este tipo de acuerdo, por lo general, el armador se hace cargo de los gastos de combustible, el desplazamiento del patrón desde su lugar de origen y su regreso. Durante la travesía puede surgir algún inconveniente, meteorológico o mecánico, que obliguen al patrón a recalar en un puerto que no estaba considerado o, simplemente porque se considere una escala necesaria para abastecimiento; estos gastos también suelen correr por cuenta del armador. Mientras que la alimentación, suele correr por cuenta del patrón, escogiendo su propia dieta.
Actualmente existen diversos métodos de monitoreo de la ruta de la embarcación y la posibilidad de mantener una comunicación fluida con el patrón durante la travesía, hay algunas empresas que ofrecen este plus a sus clientes de modo que en todo momento pueden saber dónde y cómo está su embarcación.
Las tarifas de estos transportes suelen expresarse en millas recorridas pero las posibilidades de acuerdo son tan variadas que lo más efectivo es sentarse con toda tranquilidad con la persona la que cederemos nuestro barco y charlar amistosamente de las posibilidades. Es muy posible que en más de una oportunidad necesite de sus servicios.