Todo lo que hay que saber sobre el gas a bordo para no comprometer nuestra seguridad y la de nuestro barco.
Es conveniente mantener siempre limpio el cofre del gas y, si no vamos a usarlo durante un tiempo prolongado, desembarcar la bombona para evitar principios de oxidación. Foto: Jordi Maseras.
El gas es un elemento indispensable si queremos vivir un mínimo de días a bordo con un cierto confort. Las cocinas de petróleo o alcohol han pasado a la historia y solo las podemos encontrar en ciertos barcos clásicos, aunque en algunos países anglosajones todavía se pueden adquirir cocinas de alcohol. A pesar de su buen funcionamiento y la teórica ausencia de peligros de explosión por el tipo de combustible, presentaban algunos problemas que, el buen funcionamiento de los sistemas de gas a bordo y las medidas de seguridad adoptadas en este tipo de instalaciones han acabado relegando el uso de estos combustibles.
El butano es inodoro, por este motivo se le añade en su obtención un odorizante que le transmite un fuerte olor desagradable para que sea fácilmente detectable en caso de pérdida o fuga. Su llama es azul, si es amarilla pierde poder calórico y significa que el quemador de la cocina o sus conductos están sucios.
La mayoría de embarcaciones modernas disponen de cofres independientes para contener las bombonas de gas. Foto: Jordi Maseras.
El empleo de gas a bordo de las embarcaciones no tolera ninguna negligencia, por tanto su instalación, dadas las características del gas, requiere una serie de precauciones indispensables e ineludibles, así como el resto de elementos que la componen. Cuando una bombona de gas no está unida directamente al fogón, deberá disponer de un espacio, a poder ser independiente, aireado y alejado del interior. La mayoría de embarcaciones modernas disponen de un cofre específico situado en la bañera que normalmente tiene capacidad para dos bombonas, una dispuesta para su uso y la otra de reserva. Este compartimento debe disponer de un agujero en su parte inferior por encima de la línea de flotación que, a modo de imbornal, pueda evacuar el agua o el gas en caso de fuga.
Si la ubicación de la bombona de gas se comparte con un cofre de estiba, deberemos prestar especial atención de no colocar objetos sobre la bombona. Foto: Jordi Maseras.
Si este lugar es compartido en un pañol de estiba de la bañera, procuraremos que la bombona esté bien falcada, separada de cabos, fundas, defensas y cadenas que puedan presionar o desconectar el tubo flexible de conducción. Dicho tubo, que es el mismo que se usa en instalaciones domesticas y que se adquiere en ferreterías, es recomendable cambiarlo cada año aunque la fecha de caducidad que consta en el mismo no se haya sobrepasado. Solo debemos utilizar tubos especiales homologados para butano o propano.
Para cambiarlos utilizaremos siempre el mismo procedimiento: calentar los extremos con agua caliente para dilatarlos y, una vez colocados, aplicar abrazaderas de acero inoxidable. Una instalación correcta debe disponer de un tubo rígido que tiene que unir el compartimento de la bombona de gas con la cocina. El tubo flexible solo debe existir en los dos extremos del tubo rígido: el de la bombona y el de la cocina. Normalmente los reguladores son de aluminio y, por lo tanto, muy propensos a la corrosión, para evitarla aplicaremos vaselina regularmente a la rosca.
Es conveniente revisar con periodicidad el regulador así como sus conexiones con la bombona y el tubo flexible. Foto: Jordi Maseras.
Tanto los grifos como los quemadores se deben limpiar con asiduidad y después de cada uso es conveniente proceder al cierre de todos los grifos que haya en el circuito. Para comprobar si existe alguna fuga, nunca utilizaremos una llama, sino tan solo agua jabonosa que, aplicada por toda la superficie del tubo nos indicará con sus burbujas donde está la pérdida. Si existiese alguna pérdida, bajo ningún concepto intentaremos repararla con cinta aislante o métodos similares, deberemos reemplazar el tubo en su totalidad.
Si por algún motivo debemos vaciar el contenido de la bombona o simplemente debemos comprobar el funcionamiento de la válvula, jamás emplearemos un punzón metálico que pueda dañar la esfera de la válvula, sobre todo porque puede producir una chispa con las consecuencias que ello podría acarrear. Para esta operación solo emplearemos un punzón de madera o plástico. Normalmente la conducción interior es fija y es de cobre, esta conducción nunca deberá ser manipulada por un profano o aficionado, ha de ser un especialista quien lleve a cabo las posibles reparaciones y comprobaciones de posibles pérdidas, utilizando para ello una botella de aire comprimido.
Para su correcto funcionamiento, la cocina debe estar siempre limpia de grasa y carbonilla. Foto: Jordi Maseras.
Si en nuestras salidas dominicales durante el año no acostumbramos a utilizar la cocina, será mucho más práctico desembarcar la bombona, guardarla en un lugar aireado y seco, y envolver con una bolsa de plástico el regulador que se queda a bordo para que en verano todo esté a punto para su perfecta utilización.