Un frigorífico a bordo significa poder disfrutar aún más de nuestro barco ya que podemos conservar alimentos y refrigerar bebidas como en casa, pero ¿qué cuidados hay que tener con este electrodoméstico?
Ya ha llegado el buen tiempo y, con él, las placenteras singladuras en las que apetece que el frigorífico de nuestro barco funcione sin problemas para podernos tomar alguna bebida refrescante.
Las embarcaciones de cierto porte suelen tener neveras adicionales en la bañera o en el Flybridge. Foto: Jordi Maseras.
Cada vez es más corriente encontrar pequeñas embarcaciones que disponen de frigorífico a bordo como equipamiento estándar, aunque conviene diferenciar entre una nevera de hielo y una nevera eléctrica o frigorífico. El frigorífico es un electrodoméstico capaz de generar frío y, en consecuencia, de conservar los alimentos durante varios días y, en algunos casos, incluso capaz de congelarlos para que conserven sus propiedades durante un largo período de tiempo. Por esto es importante, llegada esta temporada, tener nuestro frigorífico a bordo en perfectas condiciones para, como mínimo, tener agua fresca y bebidas a punto para combatir el calor y la peligrosa deshidratación. La deshidratación es un mal común en la navegación de recreo y hay que combatirla llevando siempre una buena provisión de bebidas aunque nuestra singladura solo vaya a durar unas horas.
El compresor, el evaporador, los tubos y todas las conexiones tienen que estar en perfectas condiciones y libres de óxido para garantizar un buen funcionamiento del frigorífico.
Por tanto, aunque creamos que le hemos hecho un buen invernaje a nuestro frigorífico, un compresor que no ha funcionado durante meses, o una pequeña fuga en el circuito del gas, pueden ser la causa de una avería. Así pues, una comprobación de su buen funcionamiento antes de requerir sus servicios nunca estará de más.
Repasar las partes esenciales que componen el conjunto nos ayudará a calibrar si su estado está en disposición de resistir otra temporada. Los frigoríficos suelen tener un consumo bastante elevado, por tanto, el grosor de los cables de su instalación eléctrica en su parte de 12 o 24 voltios y todas sus conexiones, será primordial que estén en perfectas condiciones. También es importante repasar el conjunto del material aislante que forma parte de la puerta o la tapa y el receptáculo, ya que una fisura o una grieta pueden ser la causa de la pérdida del frío y, en consecuencia, de un elevado consumo a causa del excesivo funcionamiento del compresor. Otro punto importante a revisar será el estado de las juntas de caucho que están alrededor de las puertas y tapas, si estas están resecas o agrietadas, será el momento de sustituirlas para asegurar el buen aislamiento del interior.
El buen estado de las juntas de goma de las puertas nos asegurarán una buena conservación del frío en el interior. Foto: Jordi Maseras.
A pesar de que todos los frigoríficos utilizados en nuestro sector están especialmente concebidos para trabajar en ambientes marinos, algunos de sus componentes tales como el compresor, el evaporador, el condensador y los tubos del gas, deben estar debidamente mantenidos y protegidos para evitar posibles focos que provoquen su oxidación.
En este tipo de frigoríficos, las bebidas y los alimentos que están cerca de las placas pueden llegar a congelarse si no graduamos bien el termostato. Foto: Jordi Maseras.
También es importante comprobar el termostato que regula el tiempo de funcionamiento del compresor y mantiene una temperatura constante en el interior del frigorífico. Si no funciona correctamente también puede ser la causa del constante funcionamiento del compresor volviendo a provocar un exceso de consumo y la posible congelación de las bebidas y alimentos que se encuentren cerca de las placas de refrigeración. El fallo del termostato puede provocar también el efecto contrario, evitando que el frigorífico se ponga en marcha.
Si vamos a realizar singladuras de varios días sin tocar tierra, será imprescindible tener una buena capacidad de frigorífico. Foto: Jordi Maseras.
Por último, si todo funciona correctamente pero el interior del frigorífico no alcanza la temperatura deseada, es muy probable que el nivel del gas haya descendido y requiera la actuación de un técnico frigorista para poner el circuito en su presión normal de trabajo como suele suceder con los circuitos del aire acondicionado de los automóviles.