Antes de la prueba de navegación debemos visitar e inspeccionar el barco que nos interesa y evaluar todos sus elementos y equipos para conocer a fondo su estado.
Inspeccionar el barco detenidamente es uno de los pasos más importantes del proceso de compra.
Después de decidir cuál es el tipo de barco más adecuado para nuestro programa de navegación y seleccionar los anuncios de barcos que más nos interesan, el paso siguiente es elegir los que queremos visitar y inspeccionarlos cuidadosamente. Esta es probablemente la parte más importante del proceso de compra de un barco – si lo hacemos bien seremos felices por muchos años, pero si no le dedicamos toda nuestra atención corremos el riesgo arrepentirnos en algún momento.
Es importante hacer un listado realista de prioridades antes de visitar los barcos que hemos seleccionado. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que es poco probable que encontremos un barco totalmente perfecto, por lo que también podemos incluir en nuestro listado las cosas de las que no nos importaría abdicar. Lo normal es que ya tengamos una idea del estado general del barco por la descripción del anuncio, así que el principal objetivo de esta inspección inicial es conocer el estado de los elementos que no se pueden evaluar por el anuncio o por las fotos fotos publicadas y asegurarnos de que el barco puede cumplir su cometido, antes de invertir en una inspección profesional o peritaje.
Si no somos expertos en náutica de recreo podemos pedirle a un amigo más experimentado que nos acompañe. Seguramente que se fijará en cosas que a nosotros nos pasarían desapercibidas y que es importante considerar antes y durante la negociación de un acuerdo.
Inspeccionar el interior del barco
Si el barco que hemos decidido visitar es de serie y popular podemos consultar foros, blogs o el site de la asociación de propietarios para ver si refieren averías comunes en los barcos de ocasión de ese modelo y año. Esta búsqueda previa nos ayudará a enfocar mejor nuestra visita y a hacer preguntas más informadas.
No todos los barcos están tan ordenados como este al cabo de 12 años así que es bueno tener la capacidad de ver más allá del desorden que podamos encontrar a bordo.
Lo primero que haremos al iniciar nuestra visita es comprobar la apariencia y estado del casco y de la cubierta: miraremos los aspectos estéticos como pintura y gelcoat para identificar daños visibles como arañazos y desconchones. También buscaremos señales de daños estructurales que se puedan haber producido debido a choques y grietas profundas en zonas críticas, incluyendo cadenotes, herrajes y equipamiento de cubierta.
Mientras que el bróker o el vendedor pueden enumerar en el anuncio un inventario completo de equipos, solo al analizar cada elemento en el barco podremos ver si llevan décadas allí y están cubiertos de sal, o si son relativamente nuevos y se han mantenido correctamente. En los barcos a vela hay que revisar con cuidado el aparejo y preguntar cuando se cambió la jarcia por última vez – los barcos de regata suelen cambiarla cada cinco años, mientras que diez años es un intervalo más habitual para cruceros.
Debemos buscar señales de filtraciones de agua bajo cubierta – en algunos casos puede que causen solamente daños menores, pero también es posible que den origen a problemas más importantes y costosos de solucionar. Intentaremos mirar más allá de la suciedad superficial, que muchas veces oculta grietas y huecos.
También vale la pena mirar todas los elementos estructurales visibles, como mamparos, vagras y cuadernas incluyendo debajo de la cubierta y alrededor de la quilla. Todos estos elementos estructurales deben estar totalmente encajados en su lugar sin grietas ni huecos. También buscaremos señales de problemas de estanqueidad.
Idealmente debemos poder conectar todos los sistemas del barco para ver si están operando correctamente, sin embargo esto puede no ser posible antes de la prueba, algo que no suele ocurrir hasta que acordemos el precio de compra. Aún así, si nos es posible, podemos pedir que nos dejen verificar el motor, para ver si arranca fácilmente y buscar fugas de agua o combustible lo que nos dirá bastante sobre su estado. Si se trata de un barco en el que el motor necesita una revisión importante o de ser reemplazado y eso puede representar un porcentaje elevado del valor total del barco, puede que nos interese encargar un informe completo sobre el estado del motor. Esto nos permitirá conocer mucho más a fondo los sistemas mecánicos que con el informe de perito aunque represente un coste adicional, pero también nos permitirá decidir con más confianza.
Finalizada la visita...
¿Qué debemos hacer antes de avanzar con una oferta? Si seguimos interesados en el barco al final de la visita, debemos anotar todos los problemas que hemos encontrado y hacer un calculo aproximado del coste de las reparaciones o sustituciones necesarias para lograr que el barco quede operacional y disponga de los equipamientos que consideramos necesarios. Debemos desconfiar de los barcos más antiguos que han sido renovados estéticamente pero que todavía conservan gran parte de sus equipos originales – sustituirlos y poner todo el barco al día puede ser bastante caro y al final hacernos gastar más dinero de lo inicialmente previsto. Por el contrario, los barcos que están bien equipados y se han mantenido correctamente son más difíciles de encontrar – si el precio es justo se suelen vender rápidamente, a menudo por una cifra cercana al precio de venta. En muchos casos, un barco aparentemente caro pero bien equipado puede resultar mejor compra, si todo está en buen estado, que otro más barato pero sin ningún equipo instalado y operacional.