Si estamos autorizados a navegar en las zonas 1 y 2 deberemos llevar obligatoriamente a bordo una tablilla de desvíos donde quedan indicados los valores de desviación de nuestro compás de gobierno que deberemos actualizar cada cinco años.
El proceso para trazar una curva de desvío es fácil pero requiere seguir una metodología rigurosa. Dicho de forma simple, se trata de restar la indicación del rumbo dado por un compás secundario, situado en un lugar del barco libre de influencias magnéticas, a la indicación del rumbo dado por el compás de gobierno.
Si la embarcación dispone de dos o más compases, solo será necesario tener la tablilla del compás principal. Foto: Jordi Maseras.
Es importante destacar que el concepto de desvío es puramente magnético, por tanto tendremos que comparar los rumbos respecto al Norte magnético y no cometer el error de comparar el rumbo magnético del compás de gobierno con el rumbo verdadero que nos indican los equipos de navegación electrónicos como por ejemplo la señal del GPS. Hoy en día puede parecer un poco ilógico que, teniendo equipos electrónicos a bordo que nos indican rumbos reales, tengamos que elaborar una tablilla de desvíos magnéticos, pero la normativa es de obligado cumplimiento. De todas formas particularmente soy de la opinión que nunca deberíamos olvidarnos de navegar sin la ayuda de la electrónica que, en plena singladura, puede fallar por mil motivos.
Tablilla de desvíos de una embarcación de recreo.
Para empezar a elaborar la tablilla de desvíos emplearemos un compás de marcaciones situándonos de pie sobre la cubierta de proa. Para realizar esta operación, escogeremos un día de buena visibilidad y con la mar en calma. Una vez alejados de la costa un mínimo de 3 millas, apuntaremos a una marcación con el compás de demora y describiremos varios círculos, con el menor radio posible y a poca velocidad. Mientras realizamos los círculos, la marcación de la demora debe ser constante. De esta forma nos aseguraremos de que la zona está exenta de perturbaciones. De no ser así, deberemos escoger otra área y repetir la operación hasta que encontremos un lugar libre de alteraciones. Cuando encontremos el lugar idóneo, tomaremos rumbos de 15 en 15 grados partiendo de una primera lectura rumbo Norte. (0, 15, 30, 45, 60, etc.). En cada rumbo anotaremos todas las diferencias encontradas entre lo que marcan los dos compases. Los valores registrados podrán ser negativos o positivos. Cuando tengamos la operación terminada sólo quedará trasladar los datos a la tablilla de desvíos y así obtendremos la curva de desvío.
Este método también es válido para las embarcaciones de motor. Foto: Jordi Maseras.
Si la curva resultante indica valores comprendidos entre -7º y + 7º, será suficiente tener en cuenta el dato indicado por la tabla para realizar un cálculo de rumbo. Si indica valores comprendidos entre +/- 7º y +/- 20º, el compás de a bordo deberá ser compensado a través de su sistema de compensación (pequeño tornillo situado en la parte posterior). Si la curva indica valores superiores a los +/- 20º será necesario cambiar la ubicación del compás para apartarlo de los efectos ferromagnéticos que actúan sobre él.