Navegar en familia puede ser (o no) una experiencia positiva. En el mejor de los casos, es una experiencia enriquecedora para los más pequeños: además de ser divertido y emocionante, puede enseñarles a reaccionar con calma ante problemas prácticos inmediatos. Gracias a nuestra guía, podrás combinar la seguridad y la diversión y brindar a tu familia experiencias inolvidables, ¡en el mejor de los sentidos!
Revisa todas nuestras checklist
No olvides lo básico. Un barco recién revisado y bien equipado es un barco más seguro. Consulta nuestras checklist de navegación segura, equipos de seguridad y objetos imprescindibles. Además, prepárate para ausentarte más tiempo de lo planeado: lleva siempre comida de sobra, medicamentos y gafas graduadas. Y haz lo posible para que todo el mundo esté satisfecho y cómodo. Por lo general, cuando los pequeños (y mayores) están abrigados, secos, bien alimentados e hidratados cometen menos errores y están más tranquilos y preparados para actuar en caso de emergencia.
Como pez en el agua
Puede parecer obvio, pero asegúrate de que todos los que están a bordo naden lo mejor posible. ¿Tus peques han superado el cursillo básico de natación? Genial, anímalos a seguir nadando hasta que se sientan seguros en el agua. Según algunos expertos en seguridad marítima, los nadadores realmente competentes pueden sentirse cómodos de verdad. Y, si no se dan las condiciones ideales para nadar, ¡no olvides usar chalecos salvavidas!
Aprende a pedir ayuda
En caso de que las cosas no salgan según lo planeado, prepárate para pedir ayuda. Asegúrate de que tu radio de alta frecuencia funcione y tenga un número MMSI, así como de que todo el mundo sepa usarla. ¡A los peques les encanta aprender la jerga del mar y jugar a ser el capitán! Asimismo, comprueba que tienes suficiente y cargadores para mantener varios teléfonos móviles activos. Te recomendamos hacerte con una baliza de localización personal (PLB) o una radiobaliza indicadora de posición de emergencia (EPIRB) para enviar alertas rápidas y directas a las autoridades. Debes saber que hay que registrarlas previamente en el Área de Radiocomunicaciones Marítimas de la Dirección General de la Marina Mercante.
Aprende a compartir responsabilidades
Dicho esto, no quieras abarcarlo todo: comparte responsabilidades. Asegúrate de que todo el mundo entienda lo que se puede hacer y lo que no, pero también el por qué. Las normas impuestas son menos eficaces que el conocimiento y el sentido común. Enseña a tus hijos lo que puede salir mal y cómo actuar ante situaciones peligrosas. Los niños pueden aprender desde una edad temprana a usar la radio de alta frecuencia o a detectar un hombre al agua. Esto los preparará para situaciones de emergencia, a fin de que sean capaces de realizar tareas sencillas y no entren en pánico.
Tómatelo con calma y que la diversión no decaiga
Será todo un reto y una aventura, pero prometemos que merecerá la pena. Ofrece a tus hijos el conocimiento y la responsabilidad de utilizar un barco y observa cómo se convierten en navegantes seguros y apasionados. Empieza poco a poco, minimizando los riesgos al principio para que puedan sentirse seguros y entusiasmados con la navegación de forma natural, en lugar de desanimarse para siempre por vivir una mala experiencia en aguas agitadas. Adapta los viajes para que se lo pasen bien con, dispositivos llamativos, noches acogedoras bajo cubierta, una buena película, oportunidades de conocer a gente nueva... Lo que sea con tal de que navegar sea divertido para toda la familia, pues eso hará que sigan haciéndolo en el futuro.
Por este motivo, recomendamos acostumbrar a los niños a manejar barcos pequeños desde una temprana edad. Puedes probar con un barco de vela ligera o un bote de remos. Y, a la hora de encontrar el barco adecuado para ti y tu familia, no olvides los elementos de seguridad y posibilidades de divertirse que ofrece.