Es un problema al que todos nos enfrentamos: vivimos para navegar, pero hacerlo puede suponer un impacto en el entorno que a tantos nos gusta explorar. Como propietario de un barco, puede resultar complicado dar con la mejor manera de reducir tu impacto y disfrutar de la experiencia al mismo tiempo. Por suerte, es fácil lograr que tu estilo de navegación sea más ecológico. Aquí tienes cinco formas de navegar de manera más cuidadosa con el medioambiente, desde tipos de embarcaciones hasta mantenimientos y mejoras más sostenibles.
Elige un barco más ecológico
La decisión de navegar de forma ecológica empieza en el mercado. La elección de un barco puede ser el factor más importante para el medio ambiente, así que elige bien. Los veleros tienen una menor huella de carbono porque se impulsan gracias al viento. Los barcos eléctricos, por su parte, son cada vez más eficaces y asequibles. Si necesitas un barco a motor, considera hacerte con uno de cuatro tiempos, pues son más eficientes que los de dos. Por último, hay una forma especialmente fácil de reducir los costes ambientales provocados por la producción: ¡comprar una embarcación de segunda mano!
Mejoras y mantenimiento
Si ya tienes barco, sigue habiendo cosas que puedes hacer. Cambia a biodiesel o reduce el consumo de combustible. También puedes realizar mejoras con funciones que reduzcan el impacto ecológico, aumenten la eficacia o incluso generen electricidad. Contamos con una guía práctica para instalar paneles solares, así como alternativas como turbinas eólicas e hidrogeneradores. Pero lo más importante que puedes hacer es, al mismo tiempo, lo más sencillo: el mantenimiento. Además de los obvias ventajas para tu barco y tu tranquilidad, mantener la embarcación en buen estado puede evitar fallos, derrames o fugas que puedan tener efectos no deseados en el entorno.
Mantén limpia el agua
Además de ser antihigiénico, el vertido de aguas residuales sin tratar (aguas negras) o de aguas sucias tras la limpieza (aguas grises) puede tener un gran impacto en el ecosistema. Evita verter residuos cerca de la costa y, a ser posible, también mar adentro. Para ello, puedes usar un inodoro portátil u orgánico o equipar tu barco con un dispositivo de saneamiento marino que mantenga o incluso trate los desechos hasta poder eliminarlos adecuadamente en una máquina de bombeo del puerto deportivo. Y, siempre que sea posible, lava la ropa y los platos en las zonas de servicio que haya en tierra.
Pinta y limpia con cuidado
Muchos productos de aseo o limpieza de ropa y superficies pueden alterar la flora y fauna de la zona. Lo mismo ocurre con muchos protectores solares. Por suerte, existen numerosas alternativas y productos no tóxicos en el mercado, pero investiga antes de fiarte de la palabra «eco» de las etiquetas. Debes saber que las pinturas antiincrustantes que se utilizan en los cascos son especialmente dañinas. Trata de emplear alternativas modernas y no tóxicas o, al menos, ten cuidado al aplicar y limpiar pintura antiincrustante.
Actúa con cabeza
Y, por último, aunque nunca está de más recordarlo, la navegación ecológica es a menudo una cuestión de sentido común. Trata de reutilizar y reciclar equipos viejos. No olvides tener en cuenta la vida salvaje autóctona, es decir: no des de comer a los animales, mantén la distancia y ten cuidado al pescar, fondear o navegar en aguas poco profundas. Asimismo, presta atención para no derramar combustible o aceite al repostar. ¡Y no tires basura al mar!
En definitiva, aunque no siempre es fácil ser ecológico, puedes reducir tu impacto con pequeñas acciones. Y eso empieza, aunque no termina, con la elección del barco adecuado para ti y tu entorno.