Este artículo ha sido publicado originalmente en es.boats.com.
De cero a cinco nudos en dos Piña Coladas con el bar flotante Cruisin’ Tiki.
Dos partes de tequila, una parte de jugo de limón y otra de Cointreau es la receta para un Margarita y es importante saberla de memoria si de pronto nos encontramos en un Cruisin' Tiki rodeados de amigos sedientos. Lo más probable es que además de Margaritas tengamos que ir aprendiendo todo tipo de recetas de cocteles ya que poco más podremos hacer a bordo de este barco octogonal de 4,8 metros de ‘eslora’, que no es más que una plataforma de diversión flotante dominada por un bar ‘Tiki’ impulsada por un motor fueraborda de cuatro tiempos. Garantizada la logística, solo faltan las bebidas, el hielo y los invitados a la fiesta. ¿Te apuntas?
El Cruisin’ Tiki está listo para recibir a tus amigos más divertidos y partir en dirección a tu playa preferida, para envidia de los demás.
Antes de que empecemos a disecar este barco-chiringuito no está demás recomendar que si el plan es la cata de cocteles, la navegación quede siempre a cargo de un patrón sobrio, otra cosa no sería de esperar de un propietario responsable. Por otro lado, es bueno evitar los excesos a bordo, así que corriendo el riesgo de decir lo obvio, lo mejor es ejercer la moderación. Dicho esto, hablemos entonces de cómo navega el Cruisin’ Tiki.
Saca la coctelera del fondo del armario: el barco ideal para revivir la edad de oro de Tom Cruise y de los cocteles ya está aquí y se llama Cruisin' Tiki.
Debajo de la cubierta del Cruisin' Tiki encontramos 20 bidones de 200 litros de capacidad dispuestos de forma estratégica. No forman el casco más hidrodinámico y eficiente, pero proporcionan flotación suficiente para soportar 1150 kg de personas, combustible, alimentos para un luau y mucho ron. Aunque pueda llevar 12 personas a bordo, nos parece que ocho es un número más razonable que evita la sensación de autobús en hora punta y permite disfrutar de más espacio para relajarse y apreciar calmamente las notas de frutos exóticos de un buen vino blanco. A pesar de la forma poco refinada del casco, el Tiki es bastante idóneo cuando hay un poco de viento y según Greg Darby, dueño de Cruisin’ Tiki, es capaz de operar con olas de hasta un metro. En estas condiciones es posible que no lleguemos al final de nuestra fiesta completamente secos, pero es de esperar que la mayor parte de la gente solo saque su Cruisin’ Tiki los días más calmos y soleados del año.
La vista del bar la elegimos nosotros, de día...
...y casi de noche.
De vuelta a la cubierta, podemos apreciar toda la maestría del techo del Cruisin' Tiki que obviamente ha dispensado la fibra de vidrio y los moldeados en serie; esto es pura artesanía. No estamos exagerando: Darby emplea artesanos de la tribu india nativa americana Seminole que tejen a mano las hojas de palma natural que componen el original y robusto techo del Cruisin’ Tiki. La verdad es que no encontramos este tipo de garantía en la mayor parte de los barcos. Nuestra apuesta es que el techo de del Cruisin’ Tiki durará bastante más que el resto de la estructura, manteniéndonos secos y protegidos mientras disfrutamos de los Mojitos. La cubierta está hecha de madera estándar tratada a presión y limitada por un reborde resistente en caucho negro. La estructura del bar utiliza bambú y pino y la encimera tiene un acabado en hoja de caoba al barniz de alto brillo. Amarrar es muy fácil gracias a ocho cornamusas situadas en las esquinas de cada lado del octógono.
El Cruisin’ Tiki con sus taburetes en bambú y el motor Suzuki. El techo artesanal es tejido con hojas de palma por nativos americanos de la tribu Seminole.
El Cruisin’ Tiki funciona con un motor fueraborda Suzuki 30 hp de cuatro tiempos que tiene suficiente empuje para llevar esta ‘bestia’ octogonal hasta un crucero placentero de cinco nudos. La dirección mecánica por cable termina en una enorme rueda de timón, dentro del bar, al estilo del capitán Ahab, aunque creemos que este barco no es apto para perseguir ballenas del calibre de Moby Dick, quizás mejor preparar las tapas del final de la tarde con sardinas en lata. Los controles del motor están montados justo al lado del fregadero opcional. Hay que tener cuidado para no derramar sangría en el acelerador mientras servimos a los invitados. El tanque de combustible estándar de 25 litros está bien para un día en que pasemos seis a ocho horas navegando calmamente entre calas y playas. Existe la opción de montar un tanque de 50 litros para más autonomía o para celebrar por todo lo alto el Día Internacional de la Cerveza, que cae el primer viernes de agosto, ¡aún vamos a tiempo
Si preferimos dejar el Cruisin’ Tiki amarrado en el puerto podemos pedir nuestro Tiki sin el motor y ahorrar casi 6.000 euros. De lo contrario necesitaremos gastar otros 30.000 euros más, y costear el envío para España.
Los opcionales incluyen sistema de sonido Bose y taburetes de bambú con cojines acolchados. No, la barra no viene surtida con todo tipo de botellas, mejor así, difícilmente sobrevivirían el viaje desde Florida, y mientras esperamos la entrega de nuestro Cruisin’ Tiki, nos da tiempo de elegir la carta de cocteles, vinos y demás bebidas que queremos servir a bordo. ¡Chinchín!
ESPECIFICACIONES CRUISIN’ TIKI
Eslora: 4,8 m
Manga: 4,8 m
Calado: 0,6 m
Desplazamiento: 1746 kg
Capacidad de combustible: 25 l
Capacidad de agua: 38 l
Fotos: Cruisin' Tiki
Para obtener más información, visite Cruisin' Tiki