Los incendios a bordo son un riesgo real, tanto para nuestro barco cómo para nosotros y nuestra familia y amigos. Jordi Maseras nos hace un resumen de lo que debemos saber para prevenir un fuego y aumentar la seguridad a bordo.
El incendio es uno de los peores accidentes que se pueden producir a bordo de una embarcación. Foto: Jordi Maseras.
El fuego es uno de los riesgos más peligrosos a bordo de cualquier embarcación. Su origen y sus causas son múltiples, pero hay que tener en cuenta que a bordo más del 75% de los materiales son inflamables.
Los métodos más eficaces para combatir el fuego a bordo son: el agua (estamos rodeados de ella), los extintores y las mantas contra incendios. Los extintores son uno de los elementos principales en cuanto a seguridad que se exigen a bordo de las embarcaciones.
Los tambuchos de la bañera son un buen lugar para tener un extintor siempre a mano. Es conveniente que esté siempre encima para acceder a él rápidamente y para que no coja humedad en el fondo del tambucho. Foto: Jordi Maseras.
Clasificación de los incendios
Los incendios se clasifican por grupos según su naturaleza y del material de combustión. Los más comunes son cuatro:
A) Combustión de materias orgánicas sólidas: madera, cartón, papeles, trapos, etc.
B) Combustión de líquidos inflamables: ceras, parafinas, disolventes, grasas, alcohol, gasolinas, etc.
C) Combustiones eléctricas y de gases inflamables: acetileno, propano, metano, butano, Etc.
D) Metales combustibles y aleaciones: sodio, potasio, aluminio en polvo, magnesio, titanio, etc.
Cada tipo de fuego necesita una clase de componente distinto para apagarlo. Este es el motivo por el que existen distintas categorías de extintores clasificados según la siguiente tabla:
(***) Muy adecuado, (**) Adecuado, (*) Aceptable.
(1) En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse **
(2) En presencia de corriente eléctrica, no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la espuma.
Clasificación de los extintores
Después de las preceptivas revisiones es conveniente conservar las etiquetas selladas por la estación autorizada. Foto: Jordi Maseras.
- Extintores de agua.
En los extintores de agua la expulsión se realiza mediante un gas a presión incorporado al cuerpo de la botella o a través de un botellín auxiliar. Se recomienda su aplicación en fuegos del tipo A.
- Extintores de espuma.
Estos extintores pueden ser de espuma química o espuma física. Son útiles para fuegos de la clase B y pueden también usarse en fuegos del tipo A.
- Extintores de polvo.
La impulsión del polvo se realiza mediante la presión del gas CO2 o N2 comprimidos en un botellín adicional o mediante la presión incorporada en la misma botella que contiene el polvo. Existen tres modalidades de extintores de polvo: polvo seco para fuegos de la clase B y C, polvo antibrasas eficaz para fuegos de las clases A, B y C, y polvo especial para fuegos de la clase D.
- Extintores de CO2.
También llamados de nieve carbónica, generan la impulsión por la propia presión del CO2 que contiene la botella. Es muy útil para pequeños fuegos de la clase B y fuegos en instalaciones eléctricas.
- Extintores de halón.
La impulsión del gas halón se realiza normalmente con nitrógeno a presión. Tiene un poder extintor superior al CO2 y es excelente para fuegos de origen eléctrico, muy adecuado para fuegos de la clase B y aceptable para fuegos de las clases A y C. Extingue capturando los radicales libres que se generan durante la combustión, es ideal por su baja toxicidad y no deja residuos sobre los equipos electrónicos. Es importante destacar que, desde el descubrimiento del deterioro de la capa de ozono atmosférica, se han ido adoptando medidas para restringir la utilización del gas halón que viene regulado por el reglamento (CE) 2037/2000.
¿Dónde colocarlos?
La colocación de los extintores en nuestro barco debe ser estratégica pero teniendo siempre en cuenta que, en caso de incendio, puede haber espacios impracticables para acceder hasta ellos. Por tanto, antes de proceder a su colocación, perderemos un poco de tiempo reflexionando en función de las zonas más sensibles y del espacio de que disponemos para llegar hasta ellas. Los extintores han de servir para apagar el fuego pero también para abrirnos paso a través de él para llegar hasta el foco que lo está provocando. Por tanto, es más importante que el extintor esté a mano, aunque esté separado del posible foco, que justo al lado de éste, porque en caso de incendio puede resultar imposible llegar hasta él.
Un buen lugar para colocar uno de los extintores puede ser bajo uno de los peldaños de acceso al interior. Foto: Jordi Maseras.
A pesar que la legislación vigente solo exigir un extintor para embarcaciones menores de 15 metros de eslora, esta cantidad es a todas luces insuficiente pasando de los 6 metros de eslora. Una embarcación media de 12 metros de eslora debería llevar a bordo un mínimo de tres extintores. Uno de ellos debería estar colocado en algún cofre de la bañera y los otros dos en el interior, uno en cada extremo del barco. Teniendo en cuenta que las causas más probables de un incendio a bordo de una embarcación de recreo pueden tener su origen en el circuito eléctrico (chispas), en el motor (combustible líquido) y en la cocina (combustible gaseoso), el extintor más conveniente para llevar a bordo será el de polvo ABC polivalente, que será útil en cualquiera de los tres casos.
El cuadro eléctrico, si no está en buenas condiciones, puede ser un probable foco de incendios a causa de un corto circuito. Foto: Jordi Maseras.
El motor, la cocina, el cuadro eléctrico, las baterías y los depósitos de combustible deben ser las áreas que cubramos preferentemente. Normalmente, por su proximidad, un mismo extintor nos podrá servir para cubrir más de una zona. A pesar de ser poco decorativos, los extintores deben estar en lugares visibles y muy accesibles sin caer en la tentación de usarlos como percheros y colgadores de objetos.
Hay que tener en cuenta que los extintores, como todo el material de a bordo, están expuestos a la humedad, al salitre y a la corrosión y, por tanto, además de hacerles pasar las inspecciones pertinentes, deberemos revisarlos de vez en cuando, sobre todo si disponen de manómetros indicadores de presión.