Este artículo ha sido publicado originalmente en es.boats.com.
Jordi Maseras nos explica las diferencias entre los distintos tipos de baterías, cuáles necesitan mantenimiento y cómo invernarlas.
Mantener los bornes y las conexiones limpias contribuye a alargar la vida de las baterías. Foto: Jordi Maseras.
Aviso importante
Deberemos ser muy cuidadosos cuando trabajemos con baterías, porque cualquier gota de ácido puede causar daños no solo a las superficies colindantes sino también a nuestra ropa y a nuestra piel. En este último caso, la piel deberá lavarse inmediatamente con abundante agua dulce, a ser posible con soda para neutralizar el ácido, o en su defecto con abundante agua jabonosa. Cuando comprobemos nuestras baterías, procuraremos llevar gafas puestas, guantes apropiados y, sobre todo, recordemos mantener el cigarrillo alejado de la zona ya que el hidrógeno es muy inflamable.
Baterias convencionales
Cuando el electrólito ya no cubre la parte superior de las placas, la batería puede considerarse inútil. El nivel del electrólito deberá verificarse al menos una vez al mes en verano, rellenándose hasta el nivel requerido sólo con agua destilada. Nunca deberemos emplear agua del grifo o mineral embotellada, porque pueden contener hierro, calcio o cloro, que pueden incrementar el proceso de sulfatación y provocar el envejecimiento prematuro de la batería. Tampoco deberá añadirse nunca ningún tipo de ácido, pues alteraría el peso específico del electrólito. En ausencia de instrucciones precisas por parte del fabricante de la batería, mantendremos el nivel a unos 15 mm por encima de las placas. Esto puede verificarse con una linterna y haciendo burbujas con el areómetro, si disponemos de uno, para ver mejor la superficie.
Baterías de gel
Una batería de gel es una batería normal cuya diferencia principal con las tradicionales de ácido está en una sustancia gelatinosa que contiene la mezcla de electrólisis. Los gases producidos durante el proceso de carga se convierten en líquido dentro de la batería de gel. Este proceso, llamado de recombinación, evita el escape de gases y es lo que hace que las baterías de gel resulten tan adecuadas como baterías de servicio. Si la batería dispone de tapones, cosa poco habitual, se deberá tener siempre 10 mm de agua destilada por encima del gel para que éste no se seque. El gel deberá ser de un color gris uniforme, la aparición de puntos blancos nos indicará que se está secando y que las placas se están sulfatando por falta de agua.
Baterías sin tapones
La ausencia de tapones no significa que el nivel de carga no pueda descender peligrosamente, sobre todo si hay alguna fuga en el sistema eléctrico del barco. Esta es una buena razón para controlar este tipo de baterías con el mayor cuidado. Tengamos en cuenta que, igual que una batería convencional, se echará a perder si se descarga hasta un 80% de su capacidad. Algunas de estas baterías tienen un indicador que cambia de color según su voltaje, pero si queremos una indicación más precisa, deberemos usar un voltímetro o, mejor todavía, instalar en el cuadro eléctrico un “battery test" electrónico que nos indicará en todo momento el estado de todas las baterías de a bordo de forma muy precisa y su autonomía en tiempo real.
Instalar desconectadores en los distintos circuitos eléctricos del barco nos ayudará a mantener la buena salud de las baterías. Foto: Jordi Maseras.
Baterías orbitales
Estas baterías están basadas en la tecnología orbital y de la recombinación de gases. Suelen ser de tecnología AGM (Absorption Glass Mat) consistente en una capa de fibra de vidrio que es donde actúa el electrolito, impidiendo su evaporación y baja resistencia eléctrica. Esta tecnología fue desarrollada en los años 80 para la industria que requería una máxima fiabilidad. La tecnología orbital posee unas rejillas enrolladas y con la materia activa repartida en ambos lados, todo ello comprimido en unas carcasas estancas y reforzadas. La tecnología de recombinación de gases consiste en la mezcla del oxígeno con el hidrógeno en el interior de un separador de microfibra que evita cualquier fuga.
Baterías de ion-litio
Estas baterías de reciente aparición utilizan células de fosfato de hierro y litio y consiguen una importante reducción de tamaño y peso respecto a las baterías convencionales. También se distinguen por su baja tasa de autodescarga y por la ausencia del llamado “efecto memoria”. Estas baterías poseen en su interior su propia electrónica que gestiona la carga y descarga, el registro de todos sus procesos de utilización y la protección contra cualquier uso que pudiera dañarla. Según su fabricante, estas baterías ofrecen una esperanza de vida de hasta 10.000 ciclos, prácticamente el doble que una batería de gel en idénticas condiciones de uso.
Invernaje
Si no vamos a navegar durante el invierno, en embarcaciones pequeñas, lo más aconsejable es sacar las baterías de a bordo y almacenarlas en un sitio seco sin dejar que se congelen, (lo que no sucederá si se cargan bien antes). Una batería descargada se congelará a -7ºC, mientras que una bien cargada resistirá temperaturas de hasta -50C. Así pues, primero la cargaremos con un cargador de baterías enchufado a corriente alterna en lugar de cargarla con el motor. A ser posible, procuraremos que el cargador sea de los denominados de carga de tres etapas. Dejaremos de cargar cuando el voltaje haya permanecido ligeramente por encima de los 13,8 voltios durante dos horas, cuando el peso específico haya alcanzado el valor 1.260 o cuando el amperímetro del cargador, si lo tiene, indique solo uno o dos amperios.
Una vez hecho esto, se tendrá buen cuidado en marcar con colores distintos las conexiones y al desconectarlas procuraremos que no se toquen entre sí accidentalmente. Una buena idea que nos puede ahorrar muchos problemas es dejar la batería en nuestro mecánico, que la mantendrá cargada durante todo el invierno.
Parámetros que debemos recordar
Vatios es igual a voltios por amperios (W = V x A). Los vatios indican el consumo de corriente eléctrica de un aparato. Un instrumento que funcione a 12 voltios y con una corriente de 10 amperios consumirá una potencia de 120 vatios.
El voltio sirve para medir la diferencia de potencial entre dos puntos (tensión eléctrica). Los instrumentos de a bordo trabajan con tensiones de 12 o 24 voltios. El amperio es la unidad de medida de la corriente eléctrica.