Visitar Menorca fuera de temporada nos permite disfrutar mucho más de toda su belleza y gastronomía, tanto en tierra como en el mar. José Luís de la Viña nos propone algunos itinerarios.
Cala Fonts en Villacarlos, si tenemos suerte podemos comer el alguna terraza mientras disfrutamos de las regatas de Maxis. Foto: Jesús Renedo / Consell Insular de Menorca
La isla de Menorca es la más oriental de las baleares y la segunda en tamaño, en oposición a Mallorca, posee clima y características muy diferenciados a los de sus hermanas, todo a causa de su situación geográfica que la coloca en plena influencia del Golfo de León y por tanto del régimen de vientos de norte de dicha zona, las afamadas Tramontanas. Fuera de temporada, en los gloriosos meses de mayo, junio, septiembre y octubre, se puede disfrutar de la más recortada costa del litoral patrio, donde se alojan algunas de las más espectaculares calas, sin las aglomeraciones estivales ni los precios que conllevan.
UN POCO DE HISTORIA
Su situación geográfica y el excepcional puerto natural de Mahón han marcado, durante siglos, la turbulenta historia de Menorca, con sucesivas invasiones, cambios de soberanía, contiendas civiles y ataques de piratas de toda índole, algunos podrían considerarse predecesores del actual turismo por sus variados orígenes, incluidos los normandos y no solo los de Francia.
En la desastrosa Guerra de Sucesión los ingleses aprovecharon para apoderarse de la isla y del puerto de Mahón, puesto que ellos si apreciaron en su justo término el potencial estratégico de Menorca, muy útil para bloquear la costa mediterránea francesa. Tras pasar décadas bajo la soberanía británica y francesa, en 1802 retorna definitivamente al Reino de España.
Para evitar más vaivenes en la historia de la isla, España decidió fortificarla y guarnecerla de forma eficaz, lo que evitó algún que otro episodio militar en el siglo XIX y la primera mitad del XX. La gran fortaleza de La Mola o de Isabel II a la entrada de Mahón atestiguan este empeño, así como las numerosas baterías de costa repartidas por todo el litoral, muchas de ellas en lamentable estado de abandono. Incluso en estos momentos el puerto de Mahón mantiene una importante base de reserva de la OTAN, lo que afortunadamente ayuda a preservar la zona de la presión urbanística.
Estos movimientos militares y muy especialmente la secular amenaza de los piratas berberiscos crearon en Menorca una notable tradición ecuestre puesto que la mejor manera de defenderse de las incursiones desde la mar era la utilización rápida de caballería ligera. Las fiestas de Los Sanjuanes muestran el vigor con que persiste esta antigua tradición que dio como resultado la elegante raza de caballos menorquines. Como vestigio de lo anterior se conserva el Camí de Cavalls, senda que rodea toda la isla y que se construyó para facilitar el acceso a cualquier parte de la costa, poder vigilar la mar y, en su caso, defender la isla mediante la caballería. Actualmente es un interesante camino turístico que puede ser una opción para sustituir o complementar el medio marítimo.
MAHÓN Y ZONA ORIENTAL
Como dicen los naturales del país que “Menorca es un continente”, dividiremos la isla en dos áreas de influencia a comentar en diferentes capítulos, comenzaremos por la zona oriental que corresponde a las proximidades de Mahón, por el norte, la frontera se establece en el cabo de Cavallería y por el sur, en el arranque del arenal de Son Bou. Se trata de planear navegadas de día, con regreso a puerto y, si los medios y la climatología lo permiten, travesías más prolongadas con noches fondeados en alguna cala paradisíaca.
Amarres públicos del puerto de Mahón en la orilla sur. En este puerto existen diferentes marinas para barcos deportivos.
Tomaremos como base el puerto de Mahón, que en sí mismo contiene diferentes excursiones y una muy variada colección de calas y fondeaderos, además de provechosos recorridos por tierra, especialmente interesantes desde el punto de vista gastronómico.
Gastronomía
Iniciemos una sucinta turné gastronómica por Mahón, con paradas en el Latitud 40, restaurante y local de copas de marcado carácter navegante que, incluso, patrocina y da nombre a una de las más prestigiosas regatas del Club Náutico de Mahón. Se encuentra situado en el muelle, cerca del Club Marítimo, rodeado de otros establecimientos de interés y muy diferentes tipologías, como por ejemplo el restaurante chino Way de buena calidad e interesantes precios.
Visita obligada es la del restaurante Jágaro, en la esquina de acceso a Cala Figuera, justo enfrente de la gasolinera del puerto. Jágaro dispone de su propio vivero de langostas y ofrece lo que nuestro consultor gastronómico, Javier Pujol, califica como mejor plato combinado del universo, que consiste en langosta frita con patatas procesadas mediante el mismo sistema y un par de huevos también fritos.
Otra cumbe de la cocina menorquina, al menos de la capital portuaria, es el restaurante El Rais, muy próximo al anterior, donde perviven las esencias del desaparecido Marivent.
Algo más hacia la bocana, ya en Villacarlos (Es Castell), ciudad construida racionalmente por los ingleses que siempre ha mantenido una vida cosmopolita, concretamente en la Cala Fonts, encontramos otras paradas de interés, se trata del Vell Parrander con excelentes pescados y La Pulpería, situada junta a la rampa de varado, local agradable, barato y divertido.
Antes de zarpar
Una vez en la mar se nos presentan básicamente dos opciones: costa norte o costa sur, la decisión la deberemos tomar con el parte meteorológico en la mano para dirigirnos siempre en zona resguardada. Conviene insistir en las veleidades del Mediterráneo, capaz de cambiar de carácter de forma brusca.
Para todo lo referente a la navegación nos encomendaremos al monumental Atlas Náutico de Menorca obra de Buenaventura Muñoz que podemos consultar en Internet o adquirir en la tradicional forma de libro, que sería lo recomendable. Ahí encontramos una eficaz “Guía del Navegante Costero” completo y preciso “Derrotero” con minuciosas cartas y portulanos y todas las indicaciones para acceder con seguridad a las más recónditas calas.
Puerto Addaya dispone de buenos amarres y cuenta con gasolinera y servicios náuticos.
En la isla se puede hacer combustible en Mahón, Ciudadela y Fornells; esto es algo que se debe tener en cuenta. Servicios náuticos encontraremos en dichos puertos, además de Puerto de Addaya. Puerto deportivo con amarres a pantalán en las dos capitales, militar y episcopal, y además en Fornells y Addaya, en otros muchos puntos boyas para amarrarse e, incluso, servicio de botero. Asistencia técnica de todo tipo ofrecen, por ejemplo Pedro’s Boat Center y Dináutica.
NAVEGANDO POR LA COSTA NORTE
En la costa norte disponemos de varios sistemas principales de calas situados al amor de sendos puertos que serían Addaya y Fornells, ambos al oeste del Cabo de Favaritx y Es Grau, más próximo a Mahón.
Entrada a Es Grau con la Isla Colom a estribor.
Arrancaremos por su orden natural acercándonos a Es Grau y su conjunto de calas y fondeaderos al abrigo de la Isla Colom. Podemos fondear cerca de Isla Colom o en las boyas dispuestas a tal efecto en diferentes ubicaciones, como las dos calas Tamarells.
Si disponemos de auxiliar o utilizamos barco de pequeñas dimensiones podemos amarar al muelle del pintoresco pueblecito de Es Grau y bajar a tierra con la intención de acercarnos a alguno de los agradables bares y restaurantes locales, se hace especialmente necesario visitar Can Bernadet.
Pasado el Cabo Favaritx nos podemos dirigir a Puerto Addaya, que se encuentra a 15 millas de Mahón. En el Savinar de Mongofre, un excelente fondeadero, se puede realizar una estación y si las condiciones son favorables darse unos buenos baños. En Na Macaret se encuentra en recomendable restaurante Acuario.
En la Bahía de Fornells merece la pena acercarse a Ses Salines, el pueblo situado en la orilla occidental más al sur, donde podemos acudir a confortarnos en Ses Salines situado sobre el Club Náutico local. En Fornells encontramos una muy variada oferta gastronómica con mención especial a Sa Llagosta y sus excelentes pescados. Recordamos que la Bahía de Fornells es un excelente puerto pero con la bocana desprotegida de los vientos del norte.
HACIA EL SUR
La primera parada imprescindible es en el fondeadero de la Isla del Aire, con sus límpidas aguas donde se puede dejar pasar plácidamente el tiempo si necesidad de hacer hada.
La Isla del Aire es una parada obligada, su fondeadero protege de los vientos de Sur y Levante. Foto: Martinez Studio | XII Copa del Rey - Panerai Vela Clásica Menorca 2015
En Cala Biniancolla, la primera de la costa sur, se puede fondear tranquilamente y acudir a la excelente pizzería La Baia, regentada por italianos afincados. Si ganamos un poco más de poniente llegamos a Binisafuller que cuenta con diferentes calas, en Binisafúa tiene mucho interés el restaurante llamado Club Náutico de Binisafúadonde es aconsejable reservar con antelación. Muy cerca de allí resulta del todo imprescindible visitar Binoparratx.
Es Canutells es una preciosa cala y excelente fondeadero un par de millas más a poniente, dispone de boyas para amarrar con comodidad y un servicio de botero que nos puede transportar a tierra donde visitaremos el restaurante. Bini Parrats o Calas Covas son otras opciones de similares características para hacer altos en la navegada en medio de los impresionantes acantilados de esta zona, aún muy bien conservada de la presión turística, que se extienden hasta Son Bou, lugar donde encontramos las ruinas de una de las basílicas paleocristianas de la Isla. Sobre los acantilados aún existe una de las tres grandes baterías de costa de la época de Primo de Rivera. Lamentablemente se encuentra en absoluto estado de abandono.